Narrativa salvaje - Relato - Poesía en verso y puro teatro.

H /\ !!! - probablemente sea un escritor mediocre, un libertino actor teatral sin recursos, un ser humano despistado, un amante amado, un cantante de voz silenciosa. ¡Pero! si sé que soy libre y es lo único que tengo.

Quizás amante, o quizás nada...

Desde tiempo a, me siento en cuerpo y alma identificado con la cultura nómada lakota sioux, su luna y en todo lo que concierne a la madre naturaleza y su sabia actitud.

Muchas gracias por visitar cuan leer a los sentimientos, sueños e ilusiones que aquí comparto.

Ser libres y cabalgar /\ !!!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Fábula real del reino vecino: (Caca futi, Rififí, la vieja blanca y rubia bruja, ella y el Rey) /\ !!!



FABULA REAL – ACTO I

Al joven Caca futi, le sorprendieron mientras robaba furtivamente en los bosques del monarca del reino vecino, por lo que fue apresado y condenado tras hurtar (piedras, mierda de caballo y chancletas a caballeros perdidos o muertos).
Quísole ahorcar el Rey por dicha afrenta al joven Caca futi, “de madre alegre y padre viejo”, pues tal era el castigo para quienes osaban violar las leyes de las propiedades reales.
El Rey le expuso un trato al joven Caca futi, por la simpatía y bella juventud que irradiaba, ofreciéndole la libertad a cambio de resolver un enigma sagrado. Siempre y cuando que en el plazo de un año hallara la respuesta correcta o sino sería ejecutado en la horca.
¿Qué quiere realmente la mujer?, sorprendió el Rey al muchacho Caca futi. – (Y no me refiero a las putas, a las piquetas, u violonchelistas de salón). ¡Si no a las mujeres de verdad, a las reales!
Semejante pregunta dejole patidifuso al joven Caca futi, pareciéndole imposible descifrar el enigma. Pero, con todo, era mejor que morir ahorcado. De modo que deambuló y empezó a interrogar a todas aquellas damas dignas de llevar tal noble nombre. Y en suma ninguna de ellas pudo contestarle convincentemente, pero todas le aconsejaron con discreción que consultara a la vieja blanca y rubia bruja. Famosa alrededor de todo el condado del Rey, por el precio exorbitante que cobraba por sus servicios, mucho más elevado que si alquilaras una noche todo el complejo lupanar del pueblo para disfrute y goce de un solo caballero real.
Llegole el último día del año convenido por el Rey y Caca futi no tubo mas remedio que consultar a la hechicera, accediendo esta respetuosa y gustosamente a la petición de Caca futi, para darle una satisfactoria respuesta a condición de que primero aceptara el precio por dicha respuesta.



FABULA REAL – ACTO II


Ella quería casarse con Rififín, un noble caballero de porte y tabla en cuanto que el más íntimo amigo de Caca futi.
A Caca futi le horrorizaba la posible idea de una boda entre su amigo Rififín y ella. Una plebeya que para Caca futi era deslenguada, jorobada, pati burrilla, con un solo diente, que producía hedores que daban náuseas a su paso, mugía como un macho cabrío y que para colmo era feísima hasta caerse de espaldas y besar el suelo de barro. Caca futi nunca se había topado con una muchacha tan populacha y repugnante, instándose a tener el suficiente valor para poder pedirle a su amigo de toda la vida, que tomara en consideración la perspectiva de no tomar por esposa a ese engendro humano, ya que le conllevaría a soportar una varga terrible.
No obstante, al recordar Caca futi su pacto con el Rey, asimiló tal ofensa hacia su buen amigo y se mantuvo alejado de el.
La boda fue anunciada a bombo y platillo por toda la corte real y la vieja bruja, con su sabia e infernal elocuencia y lucidez, dijo: ¡Que quiere realmente la mujer!, ¡Pues ser la soberana de su propia vida! Y todos cuan todas supieron al instante que la hechicera había dicho una gran que a la par que elocuente verdad suprema.
Y así fue como al oír la respuesta, el monarca real accedió a devolverle la vida al difuso e inculto Caca futi.



FABULA REAL – ACTO III


Menuda boda fue aquella, asistió todo el reino en pleno junto a los honorables caballeros reales y masones de servicial honor hacia su majestad el Rey y la Reina consorte.
La aristocracia sonreía y charlaba alegre al ver pasar por el altar mayor a los recién casados. Vitoreando al paso de sus majestades un; - Viva el Rey, la Reina, y la patria -. Seguido por la alegría del vulgo con gritos de – Viva Inglaterra, deshonra a España, a los cristianos, a los moros y a los chimpancés -.
Nadie se sintiose desgarrado, todo el fervor y alegatos a la unión se producían con amor y sin angustia. Por lo que Rififín y ella se sintieron gentiles, respetuosos y orgullosos sobre la triunfal y meritoria ceremonia nupcial.
Llegó un momento del enlace, cuan todo el personal de la corte se hallaba contento y cuchicheando intrigas palaciegas, que la vieja bruja hízole gala de sus peores modales, engullendo la comida directamente del plato sin usar ni una sola vez los cubiertos servido para tal propósito, emitiendo ruidos varios e incluso eructando, transmitiendo a la corte real olores espantosos. Lo que llevo al Rey a avisar al servicio contratado para utilizar en el banquete, que a una palmada suya se abrieran todos los pórticos y se retirasen las cortinas para que entrara un resquicio del aire fresco de las montañas.



FABULA REAL – ACTO IV


Cuando Rififín y esposa, se hubieron preparado para consumar en el lecho nupcial su primera noche juntos. / Ella apareciósele completamente desnuda entre telas blancas transparentes y como la doncella mas hermosa que jamás hombre alguno haya osado contemplar \.
Rififín quedose estupefacto cuan difuso preguntando a su querida esposa, que le había sucedido. Para lo que la bella dama respondiole que como había sido tan cortés y valiente ante ella, la mitad de su tiempo la ocuparía presentándose ante el con su aspecto horrible y que la otra mitad de su tiempo la ocuparía presentándose ante el con su aspecto de galana irresistible.
Ella, hízole una cuestión a Rififín;
Marido: ¿y cual de las dos versiones de mujer de tu querida esposa ansiáis ver por el día y cual ansiáis ver por la noche?
¡Que pregunta tan cruel! – respondiole Rififín.
Pero Rififín no tembló ante aquella insolente pregunta y la contestó con sinceridad y gallarda camaradería.
“Soy Rififín, noble real y fiel caballero de la corte de nuestra majestad el Rey y la Reina consorte. Te dejaría elegir por ti misma, exhibiéndote como fuera menester y como tu quieras mostrarte. Se tu misma”.
Al oír esto, ella le anunció que sería para el una hermosa dama de día y de noche. Por que la había respetado y la había permitido ser dueña de su VIDA.



FABULA REAL – ACTO V


Para el barbilampiño de Caca futi, su vida continúa bajo el influjo de sus ofensivas correrías por el bosque. Ya no es el amigo fiel de Rififín y deambula solo por el reino haciendo el bobalicón o emborrachándose en la taberna del pueblo bajo la máscara de su perpetua y merecida soledad.
A veces en sus noches de merluza, recuerda con exaltación y pánico, como escapó de las garras de la horca gracias a la vieja blanca y rubia bruja y del no menos que beneplácito del Rey de la corte. Se siente desdichado y malhumorado por la vida que le ha tocado vivir, aunque es consciente que solo esa y no otra es la digna hacia su persona, por ser un ser vivo infame, inservible e ineficaz.
Su madre de vida alegre, anda casi todo el día en el lenocinio real, para deleite de caballeros, viajeros, peregrinos, andarines, forasteros venidos desde otras tierras haciendo un alto en el camino para aliviarse con algunas de las pimpollas en aras de continuar su camino y demás horda. Mientras que su padre, un adoquín y viejo pánfilo. Se gana los favores de la corte con una pequeña limosna, siendo el correveidile de los acaudalados para ser informados de las buenas nuevas o infortunios reales.
Menos mal que Caca futi no tiene hermanos ni hermanas para dilema del Rey y toda su corte real. Teniendo que lucidar cual sería el más botarate, necio, tarambana y subnormal de todos ellos.
El rey consorte sabe que el destino de Caca futi es la horca por sus deshonras ante la ley de la corte real y sus dominios. A nacido para ser ahorcado y ahorcado morirá.
La Reina consorte quiere deshacerse de Caca futi e insta a su fiel esposo cada vez que tiene ocasión, a seducirlo ante la posibilidad de dejar de encerrarlo en las mazmorras reales y ejecutarlo como mandan las sagradas escrituras del reino, y de paso también a su padre, no tanto que a su madre ya que es un chisme aún valido para la corte y el desahogo del hombre.
La forma más honesta de morir según la Reina consorte para Caca futi y su progenitor, es verlos prendidos por las llamas de una hoguera.



FABULA REAL – ACTO VI


En casa de Rififín y ella, están de enhorabuena. A falta de un mes para el alumbramiento, ya es sabido por doquier que saldrán de sus entrañas tres infantas al mismo tiempo, por lo que tendrán trillizas.
A Rififín, el Rey le ha dado permiso para dejar sus obligaciones como caballero real, y pueda acompañar a su galana en este íntimo y maravilloso trance.
Rififín esta que no cabe en sí de gozo y procura atender a su esposa en todo lo que le sea posible aún incluso imposible para su bienestar.
Rififín pasa su feliz tiempo entre algodones de sueños futuros, atenciones a su galana, a atended y recibir visitas de cortesanos, compañeros, familia, hechicera y demás gentes del pueblo, sin dejar para ello los cuidados que conlleva un hogar.
Entre ella y Rififín han acordado contratar los servicios de un carpintero para habilitar una de las habitaciones aún en desuso y reabrirla como cuarto para las futuras y nobles trillizas. Además de requerirle unos detalles en forma de juguetes para disfrute, goce y diversión de las niñas.
Llegado el día del alumbramiento, para Rififín y ella llega la primera desgracia familiar. No todo en su unido destino, iban a ser senderos de vino y rosas.
Una de las tres niñas no ha podido superar a la vida y a fallecido al salir del vientre de quién iba a ser su futura madre. La partera ha intervenido loablemente en pro de salvar la vida de las tres trillizas, pero no ha podido remediar el fatal desenlace de una de ellas. Convirtiéndola en una desdichada niña sin luz.
Las dos niñas sanas se encuentran protegidas sobre los brazos de su padre, contemplando las primeras luces y rostro de su progenitor, indemnes al horrible infortunio que ha padecido su otra hermana que yace tendida bajo el sueño eterno en brazos de su madre.
Para los enamorados, este día les ha supuesto un desamparo cual felicidad, por ser los autores de la sabia de dos hermosas y beldas criaturas.



FABULA REAL – ACTO VII


Al igual que en la boda de Rififín y ella. El Rey ha preparado un hidalgo sepelio para la pequeña Sara. Dando cabida magnificencia a toda la corte real, caballeros reales, el vulgo y demás apegados. Inhumando a la niña por orden del Rey, en el jardín privado real.
En la pequeña tumba de Sara, se escriben por expreso deseo de su padre y madre, el mensaje: Te fallamos, nos fallaste. Nunca debiste irte antes. Reposa en calma y amistad, infanta Sara.
Tras el amargo acontecimiento que supone la perdida de una hija. Máxime cuando a sido arrebatada de la vida en el mismo instante de prorrumpir. El Rey y la Reina consorte, se despiden de Rififín y ella con un largo y amable abrazo entre suspiros y sollozos, dirigiéndose a continuación cabizbajos y desolados al palacio real para digerir y reposar el triste día vivido por ambos.
Mientras que el rey entra en su cámara real, a meditar ante la desgracia acaecida sobre Rififín y ella, la Reina consorte se declina en su trono real con la mirada perdida ante el horizonte de las tierras de su señor, cavilando en voz alta y en pena; de como una niña a de morir en condiciones tan singulares siendo la madre naturaleza tan sabia, y que en otras tierras lejanas a la corte, haya niños y niñas desamparados aún con vida, si su futuro es una muerte en pronta espera por hambruna y sed.
A la mañana siguiente, el Rey y sus honorables caballeros de la corte real, mantienen un almuerzo antes de alcanzar acuerdos de empresa en la sala real central, para dirimir asuntos del reino y otras cuestiones.



FABULA REAL – ACTO VIII


Los hechizos de la vieja blanca y rubia bruja, serán escritos por sus manos para deleite de todo el pueblo soberano del Rey.
La tarea es ardua en cuanto a complejidad y recuerdos, pero la hechicera se encuentra reconfortada ante la posibilidad de que sus inventos, ungüentos y pócimas no queden en el olvido tras su muerte y puedan ser leídos y demostrados y servidos sin su presencia carnal.
Se siente confortar, ante la ilusión que la embarga por tal hazaña, requerida y aprobada por el propio Rey.
Hay días en que solo escribe unos cuántos folios para no sentirse atada y cansada. Pintando de colores los extremos de las hojas. No quiere convertir el privilegio de escribir sus conocimientos, en una ardua tarea.
El solemne nombre que pondrá a su obra para los anales de la historia, será el de; - hechizos, ungüentos, pócimas, fármacos y demás estudios, descubiertos por la vieja blanca y rubia bruja de la soledad eterna. - Hallados con el corazón puro -.



FABULA REAL – ACTO IX


El Rey se encuentra cansado cuan molesto, ante los innumerables chismorreos, acusaciones y delaciones que a sus oídos llegan de la masa popular y de los caballeros de la corte real, sobre las desventuras ilegales de Caca futi.
Pronto se verá obligado a recordar lo dicho por su querida Reina consorte y llevará a cabo una detención sobre el cuerpo de Caca futi y allende su viejo padre, para quitarse así dos pájaros de un tiro, satisfaciendo a la vez a su querida esposa.
Sin falta de mucho alarde y valentía, solo cinco soldados de la corte real han apresado y encarcelado en los calabozos reales, a Caca futi y su progenitor, hasta nueva orden real. A la espera de esta, el Rey paga los servicios de varias personas de sus dominios para adecentar y preparar con esmero, el lugar dónde serán humillados Caca futi y su viejo padre. Siendo las afueras de los contornos reales próximos al bosque, el lugar elegido para dicho trámite.
Una vez decidido a votación por un comité real y justo, bajo la supervisión del Rey, se dictamina en escrito real, la muerte bajo hoguera de Caca futi y de su viejo padre en inminente hora. Llevando la guardia real, una copia a los dos reos para darles a conocer el desenlace de sus pobres e infames vidas terrenales.
Al alba del día siguiente, Caca futi y su viejo padre son enviados atados y custodiados por varios soldados, a las afueras de los límites fronterizos del Rey próximos al bosque a prenderles en sendas hogueras, ante los vítores, salivazos y golpes a su paso del gentío popular apostado. Participando incondicionalmente, el Rey, la Reina consorte, ella, Rififín, la vieja blanca y rubia bruja cuan toda la corte real, séase aristocracia, caballeros reales, guardia real, sirvientes reales. E incluso hasta la madre alegre de Caca futi, sin importarle lo más mínimo el desenlace que pronto tendrá cabida y lugar ante sus ojos.
Los dos infelices son quemados vivos ante la atenta mirada de todo el reino real y sin más notables sobresaltos se despiden del lugar, como si nada hubiese acontecido en aquel inhóspito paraje.



FABULA REAL – ACTO X


Ada y Elsa son dos afectivas y traviesas niñas, que tienen en sus progenitores la maestra enseñanza de la vida.
Mientras ella descubre que con sus astutas párvulas, hay que obtener del día hasta el último suspiro para sus cuidados, juegos y aventuras. En el hogar siempre falta tiempo para atender a las labores pertinentes, sin que para ello haya tregua entre ella y las pequeñas niñas. A la par que Rififín, cumple con sus labores de caballero real y leal al Rey, con sus visitas al hogar de orden esporádico, si sus obligaciones así lo permiten. Aprovechando cada domingo, para crear en el hogar un ambiente feliz, amable y de ayuda cuan cooperación para su gran Dama e hijas.
En la habitación de las pequeñas, Rififín ha decidido ampliar el espacio de la estancia, separando una de las cunas/cama. La que debió de pertenecer a Sara. Para tenerla a un mejor y buen recato como recuerdo de un pasado “feliz cual triste”.
Ella, ha superado su estado de forma habitual, gracias a los apaños recibidos de la vieja blanca y rubia bruja. Al igual que ha aumentado su autoestima, ánimo, vitalidad y ansia de afrontar los devaneos de la vida, tras el fatal desenlace acontecido el día de dar a luz a sus herederas.
La familia al completo, suele ir cada domingo que se tercia, a pasear entre largas jornadas de campo y fauna, en aras de encontrar libertad a sus almas, diversión, risas, baños eternos en el río y calor familiar. Menos cuando por razones de trabajo de Rififín, mal tiempo que avecine u otras impertinencias de los queridos y fieles amantes les impidan la jornada rural. Se deciden a quedarse en casa al calor de una hoguera, a los cuentos de papa o al simple disfrute y goce de sus compañías.
A las niñas, por cada vez que Rififín y ella antojan. Las hablan con cariño en homenaje y rendibú sobre su hermana Sara. De cómo dejó este mundo para solazarse complacida ante ellos en otro espacio tiempo, dónde poder cuidarles, sanarles, amarles y abrazarles en secreto.



FABULA REAL – ACTO XI


La vieja blanca y rubia bruja esta presta a marcharse de las tierras del Rey, al término de su ilustre obra, con la intención de adentrarse en sus últimos años de vida sobre los parajes naturales que siempre soñó explorar durante años, presa entre la imaginación de sus sueños y de los libros leídos relacionados con la enseñanza de la flora y la fauna.



FABULA REAL – ACTO XII


El Rey y la Reina consorte, lucen holgadamente su reinado por toda la corte real. Sin más sobresaltos que unos cuantos arrestos de infieles, contratiempos y discusiones de legislación con el pueblo, cenas de gala con otros cooperantes o Reyes de otras tierras, etc.



FABULA REAL – ACTO XIII


La familia de Rififín y ella, complacen sus vidas entre sus hijas, sus labores, al amor que se procesan, a la grata compañía de sus convecinos y convecinas y a la libertad dada por el Rey a Rififín como su fiel y más leal caballero de la corte real.



FABULA REAL – ACTO XIV Y ULTIMO


…y se acabó. Que sean felices o intenten serlo !!!

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