¿Alguna vez?, mientras realizabas tu misión de Madre en busca del tesoro escondido junto con tus Misioneras de la Caridad allá donde os encontrabais, abriendo los corazones de la humanidad con tu eterna mirada, o aquellos ojos que te eran inconfundibles, ya que en ellos emanaba a borbotones la Paz y el Amor sin dar cabida al Odio que nunca dejaste existir en ti, era sabido que (tus ojos hablaban mas que tu boca). O tu peculiar sonrisa siempre dispuesta aunque te reunieras a solas constantemente con la muerte, siempre presente, por razones como la lepra, la malaria, los moribundos, la pobreza de los mas pobres, la desunión de la unión, los conflictos bélicos, la marginalidad y abandono a su suerte de muchos humanos, el perpetuo odio de los fanáticos, las catástrofes que ofrecía la naturaleza, etc.
Nuestra alegría era la alegría de conocerte, nunca nos fallaste a ninguno. Aunque si te fallaste a ti misma.
Proclamaste tu doctrina y sentimientos de fe, por lo que todo lo hacías por ella siendo consecuente de tus actos, pero. Tuviste algún momento para preguntarte, ¿por qué soy pagano? ¡Creo que no!
De haberlo hecho no hubiera sido difícil responderte, al contrario que tu, concibo la vida como un don de la naturaleza la cual ella es nuestra madre y nosotros sus hijos e hijas en perpetuo estado de evolución por y para el bienestar social de la especie, sin dejar la enseñanza a amarla y respetarla a los hijos e hijas futuros.
Vivimos y amamos cada rincón en el que se desenvuelve nuestro medio ambiente, por lo que nacemos con unas determinadas cualidades físicas para desenvolvernos mejor en cada estación del hábitat natural del que tanto aprendemos día a día. La ley natural es pagana, no necesita de símbolos o dioses que reflejen nuestra ignorancia por no entender nuestro cometido en ella. La vida de la raza humana en este rico paraje es perpetua, pero sin el es imposible la vida del hombre y de la mujer.
La madre naturaleza crea la vida,
la vida de la madre naturaleza es el fruto
y el fruto de la madre naturaleza, somos nosotros.
Ser pagano es fomentar la vida, vivir feliz en familia a la vez que cuidar, criar y educar a los nuevos hijos de la tierra para perpetuar en el tiempo el legado de nuestros antepasados. La naturaleza nos hace libres y libres nacemos, así vivimos y así enseñamos a vivir, todos juntos y en perpetua libertad. Sin mártires que se conviertan en dioses por el mero hecho de tenernos encerrados y callados en un miedo perpetuo e inexistente en pro del engaño a una nueva vida junto a él. No nos interesa, no lo aceptamos, no lo queremos.
El paganismo no desprecia el sexo, todo muy al contrario, lo reconoce como la consumación del amor de una especie entre el hombre y la mujer, bien sea por simple placer, o como acto de procreación de la especie humana.
Nosotros somos ricos por que rica es el alma natura, vosotros sois pobres por que pobre es vuestra religión y pobres vuestras almas.
La que tú ansías y por la cual eres devota es bárbara hipocresía, nacer no es un sacrificio, ni una esclavitud exigida hacia un ser divino del que decías era tu padre y guía espiritual en la tierra.
Es muy al contrario que la forma de ver el nacimiento de la vida no es sino el con el beneplácito de la doctrina católica de tu redentor y señor, del que decías era tu padre y guía espiritual en la tierra.
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