Narrativa salvaje - Relato - Poesía en verso y puro teatro.

H /\ !!! - probablemente sea un escritor mediocre, un libertino actor teatral sin recursos, un ser humano despistado, un amante amado, un cantante de voz silenciosa. ¡Pero! si sé que soy libre y es lo único que tengo.

Quizás amante, o quizás nada...

Desde tiempo a, me siento en cuerpo y alma identificado con la cultura nómada lakota sioux, su luna y en todo lo que concierne a la madre naturaleza y su sabia actitud.

Muchas gracias por visitar cuan leer a los sentimientos, sueños e ilusiones que aquí comparto.

Ser libres y cabalgar /\ !!!

viernes, 19 de septiembre de 2008

Flores blancas (ramos y flores para todas las ocasiones; menos para el amor) /\ !!!



¡Sabes en que no dejo de pensar!, en aquella discusión que tuvimos antes de que te fueras.
¡Lo recuerdas!
Y en que menos mal que no me casé contigo, sino ahora sería una viuda.
¡En fin!;

Tú salías por la puerta, yéndote de viaje a aquel lugar tan sombrío para verlo y volviste días después sin vida. Y yo mientras tanto, empecé a atacarte como una histérica mujer de lobo de mar, insistiendo en acabar con tus cosas antes de que te fueras.
¡Aún no sé en que estaba pensando!

¿Por qué no me paraste?

Ahora sé, que lo que debí decirte cuando te ibas era que te quería. O al menos, ¡no sé!, un diviértete, un pórtate bien, o algo así.
Y en cambio, las últimas palabras que me oíste decir fueron; “oye tío, se acabaron los polvos hasta que me digas el apellido de soltera de tu madre”.

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Dentro de mí sentía y sabía que aquel viaje era una mala idea, muchas veces estuve a punto de decírtelo, pero siempre te llevabas el premio a la mejor sonrisa y no pude. Por eso cuando llegó el momento de irte, te ataqué con toda la ira que podía ofrecerte para que desistieras de tal empeño. 

El destino nos fue cruel a ambos.
 

En cuanto pasen unas semanas, he decidido prenderle fuego a nuestra casa, para que el viento se lleve y purifique nuestros recuerdos.

¿Como has podido dejarme sola?

Sabes que odio las multitudes, las despedidas y los tacones altos. “Y ahora llevo tacones, estoy rodeada de gente y me estoy despidiendo de ti”.

¡Ya no sé ni lo que hago!

Pero lo sabría si estuvieses aquí, por que sabrías como hacer para que toda esta gente dejara de hablarme de ti en pasado. Me quitarías la pena y me enseñarías la manera de aprender a convivir sin la necesidad de tocar tu vicioso pelo.

¿Cómo has podido dejarme sola?

Si ni tan siquiera me diste la oportunidad de soportar nada sin ti.

¡La verdad es que nunca entendí como era posible que fuéramos pareja!, parece como si no te echara de menos. Y sin embargo he tenido que esnifar polvo blanco para soportar este día tan triste.
Solo me siento apoyada por los que te echamos de menos, los que te queremos, los de siempre. Y de personas que se acercan a darme ramos de flores blancas, sintiéndome impresionada al recordar unas palabras tuyas que me decías a menudo;

 


/ Que los ramos y las flores son para todas las ocasiones, menos para el amor \.

 


Y ahora sé que tenías razón.

Seguro que si estuvieras aquí y te dijese ¿Cómo estás?, me contestarías “que con una hija, un ron y un cigarro estarías mucho mejor”.

Y ahora que tengo todo eso para ti, no estás aquí.

Aún recuerdo cuando te conocí, el solo hecho de entrar a tu casa y ver aquella hoja escrita en la nevera con aquel mensaje tan peculiar que te habían dejado como recado me pareció divertido.
 Te ha llamado Inma: no es ni lista, ni entretenida. Sino distraída. “Quizás te la chupe”.




 
En la despedida, me dí cuenta que no lo sabía todo de ti, pero les conté todo lo que sí sabía.


 


(Les dije todas las cosas buenas que sabía de ti, y me dí cuenta de que había un montón, como un baúl entero. Estuve hablándoles un buen rato, pero no les conté todo. Me dejé los temas prohibidos, secretos y complicados para mí. Como lo que significó perderte para siempre para encontrarte de verdad y que al hacerlo me convirtiese en otra persona. Pero no habían venido para eso, la gente quería escuchar que eras admirable, pasando por alto que no era tan a menudo como lo podía parecer. Querían saber que te quería y que te añoraba. Y no que mientras lo hacía me enamoraba de otro.
¡Es extraño!, pero pienso que el único que me entiende eres tu y tiene su sentido, por que el es la persona con la que tu estabas en aquel viaje.
 Les solté todo eso del modo más sencillo, les dije que te amaba. (Y es la verdad).

A partir de ahora voy a reír, llorar y hablar de nosotros, cada vez que me acuerde de ti.

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