Tocaba mi cuerpo mientras intentaba dormirme, mis manos empezaban a recorrer mi cuerpo desnudo bajo el edredón, yo me inquietaba, empezaba a tener miedo de mi mismo, pero entendía lo que estaba pasando, me gustaba, sabia que me gustaba y quería tocarme y saborearme a mi mismo.
Froto mis hombros, me encanta, mis manos tiemblan ante tanto placer con uno mismo, nunca había sentido un placer similar. Me froto como si mis manos tuvieran una loción de crema, tan suave y fresca que hasta siento el olor que desprende la crema que no existe.
Mi imaginación me hace descubrir esa esencia, me sonrió a mi mismo, juego con migo y me vuelvo coqueto, quizás quiera ligarme a mi mismo o quizás llevarme a la cama.
No se como mantener mi propia conversación, estoy enamorado y quiero practicarme sexo hasta el alba, pero no se como decírmelo, me siento cauteloso de no comentarme ciertos temas para no estropear la velada que estoy manteniendo conmigo mismo.
Me pregunto angustiado si será que no querré hacerlo, o quizás me responda a mi mismo que no puede llegar a suceder por pudor, pero la verdad es que me muero de ganas por follarme.
Quiero besarme, chuparme y estremecerme de placer junto a las sábanas. Mientras hay afuera llueve y hace frío, yo en mi cama me siento tranquilo y bien acompañado.
Decido pensar en marta y me hago mucho daño y mal, veo que no la quiero, me quiero a mí y a mi cuerpo, disfruto y me siento mejor realizado que con ella.
Descubro por fin mi piel y mi torso, tocándolo y besándome. Creo que dejare a marta no la necesito.
Ese calor húmedo y aplastante me tiene atrapado, no se decirme que no, deseo que salga y me golpee en mi pecho ese suave liquido que estoy próximo a expulsar...
Froto mis hombros, me encanta, mis manos tiemblan ante tanto placer con uno mismo, nunca había sentido un placer similar. Me froto como si mis manos tuvieran una loción de crema, tan suave y fresca que hasta siento el olor que desprende la crema que no existe.
Mi imaginación me hace descubrir esa esencia, me sonrió a mi mismo, juego con migo y me vuelvo coqueto, quizás quiera ligarme a mi mismo o quizás llevarme a la cama.
No se como mantener mi propia conversación, estoy enamorado y quiero practicarme sexo hasta el alba, pero no se como decírmelo, me siento cauteloso de no comentarme ciertos temas para no estropear la velada que estoy manteniendo conmigo mismo.
Me pregunto angustiado si será que no querré hacerlo, o quizás me responda a mi mismo que no puede llegar a suceder por pudor, pero la verdad es que me muero de ganas por follarme.
Quiero besarme, chuparme y estremecerme de placer junto a las sábanas. Mientras hay afuera llueve y hace frío, yo en mi cama me siento tranquilo y bien acompañado.
Decido pensar en marta y me hago mucho daño y mal, veo que no la quiero, me quiero a mí y a mi cuerpo, disfruto y me siento mejor realizado que con ella.
Descubro por fin mi piel y mi torso, tocándolo y besándome. Creo que dejare a marta no la necesito.
Ese calor húmedo y aplastante me tiene atrapado, no se decirme que no, deseo que salga y me golpee en mi pecho ese suave liquido que estoy próximo a expulsar...
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